En 2002, dos científicos, Dirk Schulze-Makuch y Louis Irwin, sugirieron en la Conferencia Europea de Astrobiología en Graz que las nubes en la atmósfera de Venus contienen los componentes químicos que pueden iniciar formas de actividad biológica. A partir de varios de los datos recogidos por misiones de exploración a Venus ( presencia de H2SO4 y de SO2) se encontraron 2 gases que reaccionan uno con el otro de forma reactiva destruyéndose mutuamente.
Es imposible que estos 2 gases se puedan encontrar de forma natural juntos, a menos que haya algo que los produzca.
También se observó que la atmósfera apenas contiene CO, a pesar de la intensidad de la impactante radiación lumínica solar y de la violencia del efecto invernadero. Así que algo debe haber allí para que ese CO se convierta en CO2.
Una posibilidad es que en las nubes existan formas de vida microbianas (arqueobacterias de estructuras extremófilas) con un metabolismo completamente distinto a todo lo que conozcamos en la Tierra, basadas en el CO y SO2.
Puede que surgiera esta vida porque la temperatura en Venus antiguamente era mucho más benigna y fresca.
Cuando la progresivamente creciente actividad del Sol comenzó a hacer llegar más calor a la atmósfera venusiana, desprotegida de campo magnético, el impacto del invernadero habría sido muy violento, pero quizá lo suficientemente lento como para permitir adaptarse a las proto-formas de vida originales a los nuevos entornos que la rápida transformación del planeta estaban haciendo aparecer y por ejemplo en las nubes, donde las temperaturas todavía ahora son moderadas, podrían ser un nicho biológico a tener en cuenta, donde sería posible que tales hipotéticas formas de vida hubieran sobrevivido.
Tabla de temperaturas y presiones atmosféricas a distintas altitudes en la atmósfera de Venus
Otro problema es que en Venus no existe nada similar a una capa de ozono, que pare el peligroso torrente de rayos ultravioleta provenientes del Sol. Para protegerse contra esto, la posible vida en Venus también debería haberse adaptado. Schulze-Makuch e Irwin han examinado la posibilidad de una "cubierta química natural", basada en el sulfuro.
Claramente esta teoría sigue siendo hoy por hoy completamente especulativa. Las misiones futuras a Venus es posible que ofrezcan respuestas sobre hasta qué punto son posibles estas ideas.
martes, 17 de marzo de 2009
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